Seguidores

martes, 26 de febrero de 2013

Tienes un no sé qué, que me pone no sé cómo, pero me gusta no sabes cuánto.

sábado, 23 de febrero de 2013

Gestudengelmes.

No quiero verte de la mano con alguien que no sea yo. No quiero que tengas otras llamadas nocturnas que no sean las mías. No quiero que nadie te dé los buenos días con los mis pensamientos que tengo yo cuando te los doy. No quiero que nadie más sea el motivo de tu felicidad. No quiero que nadie más te haga sonreír en tus días malos. No quiero que nadie más me abrace por la espalda como lo haces tú. No quiero que nadie más me intente hacer pedorretas.
Porque es que, no quiero que nadie más sea el motivo de tu felicidad.

lunes, 11 de febrero de 2013

No hay fin cuando es infinito un sentimiento.

Porque me paso horas enteras recordando tu olor, ese que tanto me gusta, recordando tus besos y caricias en la espalda. Porque me repiten una y otra vez que mi sonrisa ya no es la misma, tiene algo de diferente, nadie sabe el qué, pero es diferente a la de antes: es una sonrisa de enamorada. Esa que no había sacado nunca, pero que tú en unos días conseguiste sacarme.
Porque eso de 'los príncipes azules no quedan' o 'no quedan' es mentira, una mentira gigante. Que a lo mejor yo me he llevado el último, o simplemente he sabido encontrarlo.
Porque te quiero por todas esas cosas que me haces sentir, y por todo lo que consigues en mí con una sola mirada. Por que dependo de ti como una imbécil. Una imbécil enamorada.

domingo, 10 de febrero de 2013

Que lo que más quieres no te falte.

Un abrazo para aquel que se sienta solo, un beso para quien necesite volver a sonreír, una palabra de aliento que ayude en las peores caídas y una mano que esté ahí siempre para ayudar en todo lo anterior.

sábado, 9 de febrero de 2013

"Te llevaría a las montañas de mi pueblo, conocerías los rincones del invierno. Me escondería en un hueco en tu pelo para dormirme escuchando tus sueños."

viernes, 8 de febrero de 2013

Será cosa de Murphy.

¿Qué más da a quién des tus besos si lo que de verdad importa es a quién des tu razón? Sí, la razón, pero no esa a la que algunos critican y limitan y otros la creen fuente de conocimiento. Hablo de la que sin ella pierdes los papeles, la ropa interior o lo mejor de las bolsas de patatas. Suena un poco raro, lo sé, pero es algo que entiendes cuando lo único que te da fuerzas para levantarte cada mañana es que queda un día menos para estar a su lado, cuando tu sonrisa depende de la suya y cuando te sobran ganas de dejarlo todo para estar a su lado.
Y así, sin darme cuenta perdí la razón. La perdí cuando más trataba de encontrarla pero no por ello me disgusta mínimamente la idea. Perdí la razón por culpa de su mirada, de su sonrisa, de su forma de animarme cuando yo no puedo más y de esa forma de ser que tiene. Porque es imposible no perderla cuando solo hay una posibilidad entre un millón de hacerlo.