¿Que no sería para tanto? Pobrad a perderos en sus ojos y a volver cuerdos de ellos, y entonces diré que no es para tanto, que fui yo la tonta que se dejo llevar por esa sonrisa tierna en aquel mes de agosto, pero, ¿cómo no hacerlo?¿Como no dejar que ese corazón con delgadas piernas te acogiera en él? Es lo más parecido que conozco a un hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario