Puedo ser fría y llena de promesas rotas y de despropósitos como enero, puedo desaparecer rápido de tu lado como febrero. Si llegara a tu vida como una brisa que se lleva todo lo malo y te deja una sonrisa, sería marzo, a no ser que te abrace como abraza la lluvia en abril. También, como mayo, puedo traer esperanza y alegría y, como junio, estar repleta de sueños nuevos y grandes expectativas para un futuro cercano. Ser breve pero intensa como julio y que luego en agosto quieras que no me vaya nunca. Puedo aparecer cuando menos ganas tengas de verme y aún así que como a septiembre, me prefieras antes que a octubre y su tristeza. Incluso puedo ser dulce como noviembre o mágica como diciembre y al igual que el mes, saber cuándo irme y dejar huella.
Y aún así, a pesar de todo, seguiría queriendo ser agosto porque fue cuando me hablaste por primera vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario