Encontró una
estrella, una estrella brillante, la más brillante de todas, tan brillante que
iluminaba todo, era la estrella más bonita que nunca había visto. Esa estrella
se movía rápido, muy rápido pero él se quedaba quieto, no tenía intención de
moverse, la seguía observando durante un buen rato hasta que la estrella
desapareció por completo, fue ahí cuando se dio cuenta de lo mucho que había
perdido por no correr, por no querer atrapar esa estrella.
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