En relación con el amor, no sabes lo que te puedes esperar. Al final he podido estar con él. Lo he visto en el parque y me he acercado. Al principio, él parecía no darse cuenta de mi presencia. Pero luego me ha mirado: "¿Qué haces aquí?". Imcomprensiblemente, yo, que tenía previstas tantas respuestas, no he sabido cómo reaccionar. Tan solo he sido capaz de repetir "aquí", como si fuese su eco. Por suerte, no he tenido que decir nada más. "Venga, chica, vamos a dar una vuelta que estás algo rara". Y sin más, me ha dado la mano y nos hemos puesto a pasear durante ¿cuánto tiempo?: ¿horas?, ¿días?... No sé, el tiempo se detuvo: es cierto, mi reloj está parado a la hora exacta en que nos cogimos de la mano.
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