Puedes sacarte el abono de la tercera edad, el cine te sale más barato, te ceden el asiento en el autobús y además, algunos los tienes reservados. Las medicinas te salen casi gratis, te pagan por estar vivo, puedes ir a hacer la mañana al médico y te vuelves experto en mus y dominó. Tienes la posibilidad de dedicarte plenamente a tu huerta y vacaciones 365 días al año. Entras a los museos pagando menos y si no te gustan, te vas a ver obras. Puedes considerar el bingo como un hobbie y contar miles de anécdotas empezando con "en mis tiempos mozos...". Y lo mejor de todo, es que puedes pasar las noches de invierno a la lumbre y las de verano al fresco mientras preguntas "¿y tú de quién eres?" a todos los niños que pasen.
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