Molto grazie.

Por aguantar mis prontos. Por perdonarme lo que para muchos es imperdonable. Por tener más paciencia que un santo. Por soñar despierto conmigo. Por sacarme esas sonrisas que nadie más sabe. Por esos abrazos que me atraviesan. Por aceptar un cambio de metabolismo. Por sorprenderme cada día. Por tu enorme romanticismo. Por haberte convertido en una de las cosas más importantes que tengo. Por tus notas secretas. Por los ochos vagos. Por mi pulso para robar panderetas. Porque para nosotros, un solo idioma no es suficiente para expresarlo todo. Por conocerte mis defectos y que aún así te siga encantando. Por estar cada día a mi lado. Porque la fruta no me pareció nunca tan bonita. Por soportarme. Por animarme. Por seguir ahí a pesar de todo. Por saberte mis caras de memoria. Por todo, todito, todo y mucho más.