Ella solía ser bonita, solía sonreír, era
ese tipo de chicas que a todos alegraba. Ella solía reírse de
todo, solía ser feliz, era la más alegre del mundo.
Ella solía ser, ahora ya no es, de ella solo quedan restos, restos de
aquella sencilla chica a la que nunca veías triste. Fue culpa de él,
todos sabían que podría con ella, que no era una buena idea
que le calara tanto y tan de repente, que tan deprisa era muy peligroso, pero
el no quiso dejarla, y ella no quiso parar, estaba cegada. Fue él sin duda,
aquel a quien todas buscan, y que luego tantos problemas les trae. Es rastrero,
un hipócrita, es completamente inestable
emocionalmente, diría yo. Que ya sabréis de quien hablo,
seguro que sí. A lo largo de la historia ha ido adoptando millones y millones
de nombres, de formas, de colores... pero su verdadero nombre es “Amor”.
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